Es importante empezar diciendo que toda imagen es una abstracción, de modo que toda representación de lo visual abstrae una serie de rasgos particulares. Por un lado los signos signos lingüísticos son realizaciones concretas, o sea se hace una generalización, y por otro lado, los signos icónicos apuntan a objetos precisos, singulares y concretos.
Asimismo, cabe señalar la diferencia que existe entre una semiótica plástica y una semiótica figurativa. La primera, consiste en la construcción de la imagen, es decir en el plano visual, como respuesta que articula lo cromático (color, contraste, saturación y luminosidad). La segunda, reagrupa trazos visuales, figuras, representaciones parciales de los objetos del mundo natural mediante un código.
Si bien es cierto que todos los elementos constitutivos en una imagen configuran una enunciación visual, lo esencial del análisis de una imagen radica en entender cómo funciona el punto de vista (enunciación), qué tipo de reacción intenta provocar en el espectador, cómo se estructura la mirada de la imagen y cómo se estructura la puesta en escena.
