Para iniciar, podríamos definir la imagen como un mensaje en forma de signo gráfico o técnico. Se puede percibir como una reproducción de un instante de la realidad, pero por otro lado, es inevitable asegurar que no es una captura de esa realidad, sino un reflejo peculiar y parcial. Diríamos entonces que la imagen no es la realidad, sino la representación que alguien hace de una parte de la misma.
Ahora bien, cuando percibimos algo, nos fijamos siempre más en unos estímulos y despreciamos otros. Estas percepciones de la imagen siguen los algunos principios, como la proximidad o el contraste.
Por otro lado, y entrando en el tema de la pintura, sin duda alguna, es una de las primeras expresiones artísticas practicadas por el ser humano, presente en todos los tiempos en el oficio de representar objetos, animales, figuras humanas, dentro de específicos contextos sociales e históricos. Es por esto que la pintura, como el hombre mismo, ha evolucionado a través de la historia. Cada época se caracteriza por un lenguaje visual propio, capaz de transmitir al espectador mediante el juego de las luces y las sombras, un mensaje único, revelador de los tiempos en que se desenvuelven los creadores.
Siendo este uno de los mensajes de la lectura, esa retórica de la imagen, esa configuración y contorno en general ha sido un tema recurrente en las artes visuales y ha sido expresada a través de las diferentes técnicas artísticas, y que sea como reproducción exacta de la realidad o de manera simbólica, a fin de representar, sus sueños, inquietudes, frustraciones y fantasías.
Es así como el arte de la pintura y la creación de imágenes continua vigente. Año tras año los artistas, se esmeran en captar las formas de su entorno, interpretar trazos diversos, dar rienda suelta a la imaginación y volcar en los lienzos sus creaciones.