La intertextualidad en pintura

En un primer momento es necesario afirmar que un texto está construido según una máquina que regula en un nivel más profundo la arquitectura interna. En donde ésta última se entiende como no sólo la organización del texto en sí mismo, sino también la relación entre modalidad de producción de texto y texto mismo, y la relación entre texto y lector empírico. Por lo tanto, una conclusión a la que se puede llegar después de lo dicho anteriormente consiste en que un texto debe contener en su interior la estructura de su poder comunicativo y de esta forma contener la referencia de teorías sobre su propia interpretación.

De modo que, si se piensa la relación del título del presente con el contenido se llega a que, en la pintura figurativa las teorías de representación o interpretación están implícitas en el texto, por ejemplo, cuando el pintor prepara el cuadro o lo dibuja se está haciendo explicito, se está haciendo texto y exhibir ello específicamente significaría renunciar a la profundidad, es decir, se limita la reflexión sobre aquella parte que concierne a la consideración de las pinturas como máquinas abstractas.

Así pues, toda obra figurativa contiene las teorías que la fundan, un ejemplo de ello es los Embajadores de Hans Holbein, pues tiene expuesto el principio de coherencia textual, el que en semiótica se define como intertextualidad que constituye un principio de arquitectura del texto.

Consecuentemente, se entiende por intertextualidad el conjunto de relaciones que acercan un texto determinado a otros textos de varia procedencia: del mismo autor o de otros, de la misma época o de épocas anteriores, con una referencia explícita o la apelación a un género, a un arquetipo textual o a una fórmula imprecisa o anónima. En términos más fáciles, la intertextualidad es un texto que dialoga con otros textos, un objeto que habla de otros objetos para referirse a la realidad.

En esencia, lo que se formula es que debe verse una obra como una arquitectura interna a partir de una intertextualidad. Umberto Eco, dice que el lector es quien aporta los sentidos a la obra, es decir, es el que realiza la interpretación; y Geyma apuesta al contrario por la generación al observar una obra.

Asimismo, en la pintura el sistema de la expresión y el sistema del contenido no son un sistema simbólico, sino un sistema semisimbólico, es decir, el reconocimiento de las figuras no depende de una estructuración arbitraria de la expresión como en el caso del lenguaje verbal, sino de una alianza comunicativa que cada vez implica una relación de verosimilitud entre las representaciones y los objetos de un mundo natural, a su vez influenciados por la semiótica.

De manera que, aparece el término iconicidad que es la representación que mantiene la lógica del mundo de afuera con el mundo de adentro, es el perfil de la realidad tal y como es. Entonces, las representaciones de la pintura son más inestables que los elementos del lenguaje verbal y por esto aparecen citas, alusiones o calcos de una forma precedente aparecida en otro texto, la copia de algo o la toma directa de elementos. De ahí que, existen distintas formas en que se puede descomponer la intertextualidad, a saber: paratexto (todo lo que está alrededor de la obra), metatexto (es el referente macro pero no es la copia), architexto (es el género al que pertenece) e hipertexto (elementos particulares).

En general, la intención es hacer coincidir en un nivel interpretativo, la noción de lector con aquella del modelo, puesto que, la idea del intertexto es que las referencias a otros textos expresadas en la obra deberían de interpretarse como finalizadas en su globalidad hacia la construcción de una máquina ordenada que por un lado sostiene y crea la obra y por el otro, anima a la cooperación interpretativa.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS